Hay errores que pesan toda una vida.
Despedidas que se atragantan en el alma y nunca sale la
espina que nos clavan.
Pasa el tiempo y duelen como el primer días después del ‘adiós’
definitivo.
Y nos pesan las pestañas de sujetar húmedos recuerdos, de
soñar mentiras que no son, ni serán de nuevo, mientras la vida pasa y te preguntas
si aquel día perdiste algo mas que una relación.
Tal vez , una parte de ti mismo se quedo allí también y por
eso nunca encuentras el camino de regreso a lo que un día fuiste.
Tal vez no luchaste lo suficiente y te quedaste a un ‘no te
vayas’ de salvar aquel final.
O no, quien sabe ahora que ya es mañana y todo eso forma
parte del ayer.
Es triste pensar en todo lo que pudo haber sido y no fue, lo
se.
Pero para mi, es mas triste pensar en lo que puede ser y no
lo es .
En lo que pierdas cada mañana que te levantas de la cama con
aquel adiós en la cabeza en lugar de mirar enfrente, y tratar de recomponer una
a una, todas tus piezas.
Junta todas las que puedas salvar y las rotas deshazte de
ellas.
Deja de pensar en pasado y piensa en presente.
Así, llegara un día en que puedas mirar de nuevo al mañana y
soñar, al fin, con tantos futuros como te de la gana.
Ahora me toca vivir.
Precioso...
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