miércoles, 15 de febrero de 2017

Cama para tres



Una historia de amor , para el día de los enamorados.
Feliz San Valentin a todos 




--Mi nombre Eva, os preguntareis porque este título del libro, qué cual será la historia que os cuente , qué si vendrá de épocas pasadas o de cómo se ve el futuro o cosas parecidas.
No amigos ,os voy a contar mi vida, así oído suena a rollazo pero necesito contarlo que alguien lo lea y no cometa mi gran error , el error de mi vida.

Muchos llegaran a leer este párrafo y cerrará el relato y nunca lo volverá abrir.
Cosa que peor para aquellos , ingenuos que no lo leerán y puede que les pase como a mí y acaben solos ,no como en ese cuento de navidad tan famoso , no , yo estoy sola y no se puede cambia.

Allí va mi historia…

Nací en un pesebre , no como el niño Jesús no, soy atea.
Nací ahí porque mi abuela tenía una granja , con muchos animales como os podéis imaginar y a los cuales mi madre tenía que cuidar si o si, lloviera, nevará o aun embarazada de nueve meses.
La mañana del 6 de junio , respire por primera vez , por malas condiciones mi madre murió y tuve que crecer sola ,huérfana de madre y con un padre al que nunca llegue a conocer.

Mi abuela se encargo de mi hasta los 9 años de edad, cuando prefirió pasarme a mi tía , la hermana de mi padre. La cual no había tenido hijos, la pobre era estéril y ningún hombre quería pasar el resto de la vida con ella ,sin poder tener ningún progenitor.
Que triste es la realidad , pero es así .

Mi infancia poco duro, en seguida trabajé como modista en un pueblo cerca de París , el cual no me acuerdo como se llamaba.
Era muy bonito , mis compañeras siempre que podían me acercaban a Notre Dame para que rezara y la vida me fuera mejor.
Una niña de casi 10 años no se merecía todo lo que le estaba tocando pasar, era trágico ver mi pobre y sucia vestimenta .

No tenía dinero y mi tía con 41 años , manca y estéril, ni siquiera trabajaba solo me hacía la comida y poco mas.
Por decirlo así yo era la persona que traía el dinero a casa y no era bien pagada , ya se sabéis que en mi época ,poca mujer trabajaba y poco cobraba.

Que tristes eran los días de Navidad, en los cuales todas las familias se reunían y yo solo la podía pasar con mi tía  sin ningún capricho , como un día normal.
No encontraba a gracia al día de noche buena, por que de buena poco.
Con 18 años decidí irme lejos de casa, a Zaragoza donde esperaba que la vida fuera mas amable conmigo  y me trajera algo bueno de lo cual poder presumir .

Conocí a Ernesto, rubio , ojos azules ,pero con un corazón demasiado frío .
Me encantaba estar con él , besarle , acariciarle e incluso mirarle a los ojos y decirle, eres hermoso.
No entendía como en tan poco tiempo, sentía algo tan grade.
Se me nublaba la vista cuando me abrazaba, me perdía entre su bufanda y entre sus labios carnosos, los cuales pronunciaban mi nombre con un tono parecido al de cuando dices te quiero ,a tu madre.
Me encantaba cuando me rozaba  con sus dedos por los lugares prohibidos y cuando el calor iba subiendo.
Ernesto trabajaba muchísimo y apenas nos veíamos pero cuando lo hacíamos eran tan bonitos los encuentros.
El día de san Valentín , Marco llego a mi apartamento , ojos verdes , pelo castaño y moreno de piel.
Tuve que coserle un pantalón chino , el cual llevaría para una boda.

Me apasionaba mirarle a los ojos, tanto, que me abalance hacia sus gruesos labios, que parecían que me llamaban.
Ni siquiera pensé ni un segundo en Ernesto,  el cuerpo de Marco se abalanzó hacia el mío y juntos nos perdimos entre las llamas de una sabana .

Ernesto también fue al apartamento ese día, nos pillo a mí y a Marcos dándonos un beso de despedida.
Estaba muy enfadado como lo es normal, se podía ver a simple vista como las mismas llamas que Marco y yo habíamos creado entre las sabanas, se proyectaban en sus ojos pero no por pasión, si no por furia.  

Estuve varios meses sin ver a ninguno hasta que llego el día de Noche Buena , Ernesto tenia que ir a comprar el pan y ahí fue donde me lo cruce.
Me invito a tomar un café.
Acepte.
Me invito a algo más.
Acepte también.

Me envolvía de una forma con sus brazos , que me enamoraba, el tiempo se pausaba y solo volvía a iniciarse cuando sus labios se despegaban de mi cuello , cuando sus manos dejaban de tocarme.
Paso conmigo la noche , en Navidad no tenía a nadie al lado al despertarme.
Era como si se me hubiera roto el alma a pedazos.

Pronto deje de sentir aquel dolor, cuando Marco apareció por mi puerta. Le deje entrar dentro , le invite a mi habitación , el invitó a su noche y acepté.
Me abrazó toda la noche, me besó lentamente, rápido , daba igual como me besara pero no paraba.
Se quedo dormido apoyado en mi pecho ,se le veía tan inocente.

Cuando me desperté ,tampoco estaba , los dos habían hecho lo mismo, desaparecían al amanecer. Me recordaba a cuando era pequeña, mirando a la luna  al acostarme y al despertarme ella ya no estaba, se esfumaba cada amanecer pero siempre volvía.
Dejaban de existir por las mañanas pero volvían a aparecer por la noche.

Tenía que elegir , tenía que elegir al correcto, con el que podría casarme , pero eran tan diferentes, me gustaba cosas de uno y cosas del otro.
Quería una mezcla de los dos pero en una persona.

Elegí , no se si elegí por mi corazón o por el deseo del momento.
Me despedí de uno y besé a  otro.

Él  cambio , me cambio, también le gustaban las rubias , ya no le gustaba yo.


--Han pasado 50 años de esta historia , todos pensareis que cual fue mi error , yo misma lo diré claramente, mi error fue elegir por deseo, también tengo que decir que sigo enamorada del chico al que no elegí.

Tengo 68 años , tengo cáncer de garganta .
Esta tarde van a hacerme una operación para ver si puedo curarme y por si acaso no salgo de esta , amor mío quiero decirte:   

Si salgo de esta, siempre te esperare , con la mano en el pecho señalando mi corazón te digo ‘lo siento’ un lo siento que sale de mi corazón recorriéndome toda la garganta y sido pronunciado por mis labios.
Con lagrimas en los ojos te pido que vuelvas, quiero volver a sentir tu presencia , a que me tapes los ojos y me guíes con tus manos.

Que el olor de tu colonia llegue a mi pituitaria y sentir que estoy donde tengo que estar , con la persona a la que mas querré y en el tiempo exacto, ese tiempo que por desgracia ya no tengo pero por lo menos me queda , que algún día lo tuve.

Que algún día estuve cerca de tus ojos, que te toque como mis manos quisieron y que me perdí en tu ser.
Con los ojos ensangrentados de tanto llorar te pido que vuelvas , que  me des una oportunidad.
Nunca tuve el querido poder , la querida fuerza de gritarte a los cuatro vientos , te quiero.

Enrique te sigo amando , ojala tu no me hayas olvidado.


Los suspiros son aire y van al aire.
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, Ernesto, cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?

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